En el momento en el que un paciente aquejado con esta enfermedad descubre que no le funcionan ni los fármacos ni la cirugía, el trasplante de células madre puede ser un potente tratamiento con una gran efectividad. Se presenta como uno de los tratamientos alternativos más poderosos y se consigue haciendo un trasplante de células madres que se han extraído de la médula ósea del propio paciente.

¿Es efectivo este método de células madre y Enfermedad de Crohn? A continuación vamos a intentar arrojar algo de luz sobre este asunto.

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¿En qué punto se encuentra la investigación de Células Madre y Enfermedad de Crohn?

Estas terapias celulares están revolucionando, no solo la enfermedad de Crohn produciendo una significativa mejora de los síntomas, si no también otras patologías relacionadas.  Uno de los hospitales pioneros que se están encargando del estudio es el “Hospital Clínic de Barcelona”. Aquí se está experimentando con una terapia pionera que se encarga de tratar la EC utilizando células madre.

El procedimiento consiste en hacer un trasplante de las células extraídas de la médula ósea de cada paciente, por lo que la probabilidad de rechazo es muy reducida.

Lo mejor de todo es que no solo ayuda a mitigar algunos de los síntomas más habituales si no que los expertos aseguran que puede llegar a ser una línea de investigación que llevará finalmente a descubrir una cura de la enfermedad.

Avances del Hospital Clinic de Barcelona

Este centro de nutre de los conocimientos que han adquirido algunos centros muy respetuosos  ubicados en Italia y en E.E.U.U. Según establecen, con la aplicación de estas células se consigue que el 80% de los pacientes que han recibido los trasplantes consigan mantenerse en un estado de remisión total de la enfermedad. El 20% restante, aunque todavía tienen que lidiar contra algunas fases en donde la enfermedad sigue activa, si que han experimentado algunas mejoras en sus síntomas.

El principal responsable del proyecto, el Dr. Julián Panés junto con La Dra. Elena Ricart, empezaron con esta terapia innovadora a principios del 2008. De cara al 2009 ya habían 9 pacientes que se habían sometido a esta terapia. El trasplante necesita que el paciente esté internado en el hospital algunas semanas para que se pueda realizar la extracción. Esto agota al paciente por lo que necesita de algún tiempo para que el trasplante se pueda llevar a cabo.

Los profesionales que se encuentran dirigiendo este tratamiento se encargarán en todo momento de supervisar las fases del proceso que va a atravesar el paciente hasta que a este se le da de alta.

El tratamiento surge a raíz del estudio de los diferentes datos que se asocian a la enfermedad: la EC puede darse entre pacientes cuyas edades están comprendidas entre los 18 y lo 40 años. Además, lo más grave de todo es que solamente en España se ha elevado el diagnosis de este tipo de casos hasta los 2.000 con carácter anual.

El principal problema de su diagnóstico es que sus síntomas no son demasiado claros: dolor abdominal, vómitos, diarreas, fiebre, náuseas, malestar general. Realmente en un principio se podría llegar a asociar hasta con un resfriado común pero, evidentemente, los síntomas son mucho más graves.

En realidad la elección del tratamiento dependerá de cada caso en particular. Aquellos con síntomas leves pueden tener una calidad de vida óptima sin mucho sobresaltos (eso si, cuidando especialmente las fases en las que se activa la enfermedad). Sin embargo, aquellos pacientes que experimenten algunos síntomas más graves y se llegue al punto en el que ni el tratamiento ni la cirugía funciona, los tratamientos con células madre suponen la mejor alternativa sin ningún tipo de duda.

Lo mejor de todo es que este tipo de terapia se puede llegar a combinar con otras opciones de tratamiento (por ejemplo, con la utilización de fármacos inmunosupresores o corticoides) por lo que se pueden tratar los síntomas de muchas maneras efectivas.

El proceso del trasplante tiene una duración de unos 6 meses y una serie de fases asignadas:
En la 1ª fase se produce la primera quimioterapia en donde el paciente, mediante esta operación, verá reducido el número de leucocitos de su sangre.

A continuación se producirá una migración de las células madre directamente a la sangre para que luego se pueda llegar a producir el trasplante. Se procederá a la criopreservación de las células madre con el objetivo de que no se deterioren hasta que sea posible poder utilizarlas.

Después se producirá una segunda quimioterapia en donde el organismo se quedará a cero leucocitos para que luego puedan reemplazados en el momento en el que se realiza el trasplante.

Finalmente se completa el proceso y se hace un seguimiento específico para ver la evolución de la enfermedad.

Las células madres pueden marcar la diferencia en esta enfermedad.