Algunas investigaciones sobre la enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn así como la colitis ulcerosa representan un reto para cualquier equipo científico. El mayor problema es que, aunque se conocen sus síntomas y algunos de sus tratamientos, poco o nada más se sabe de la enfermedad: no se sabe cuáles son las causas que las provocan ni se conoce una cura que pueda considerarse eficaz.
No obstante, la tecnología avanza a pasos agigantados y cada día encontramos una mejora que cambia de forma radical la situación.
Recientemente se han hecho algunos avances en el estudio de estas enfermedades que podrían suponer un antes y un después en su tratamiento.

Descubre en que punto de la investigación se encuentran estas enfermedades

Recientemente se han descubierto nada menos que 500 bacterias en la flora intestinal de los humanos; hasta entonces no habían podido ser identificadas. Gracias a ella se han abierto las posibilidades para crear tratamientos definitivos que nos ayuden a encontrar una cura efectiva para tratarlas. Esto podría suponer un avance tanto para la EC (Enfermedad de Corhn) como para la colitis ulcerosa así como la colitis indeterminada.
El procedimiento que se ha seguido para encontrar estas bacterias nace del estudio de algunos déficits iguales del organismo que se producen en estas afecciones. La primera línea de investigación que se ha seguido ha sido empezar a nutrir esas bacterias para intentar ver su efecto y determinar si esto tiene algún efecto en estas enfermedades.
Estos estudios han sido elaborados por científicos procedentes del Vall d’Hebron Institut de Recerca (conocido por las siglas de VHIR). Todos los avances de su investigación han sido publicados en la reconocida revista “Nature Biotechnology”.
Gracias a ellos se ha podido avanzar en el microbioma intestinal llegando a puntos que hasta entonces no se había creído posible. Estas 500 nuevas especiales todavía no se conocían y, por supuesto, no se han encontrado en otro lugar que no sea en la flora intestinal del ser humano.
Están estrechamente relacionadas con la EC y con la colitis ulcerosa ya que, cuando esta se presenta en el organismo, estas especies empiezan a desaparecer misteriosamente. De hecho, se calcula que de los 500 microorganismos que debería existir solo quedan 150-200, por lo que el estudio se centra principalmente en averiguar donde han podido ir a parar los que deberían estar pero ya no están.

Un estudio muy prometedor

Aunque de momento no se sabe si estas bacterias conducirán a una cura, si que se tiene claro que la aparición de la enfermedad tiene algún tipo de relación con la aparición de estos microorganismos. Según el especialista responsable del proyecto, aquellas personas en los que el nivel de estas bacterias son más bajos, tienen una evolución clínica mucho peor que aquellos que si lo tienen más alto. Además, también se asocia a que de cara al futuro la mejora pueda llegar más en llegar.
Digamos que esto da algunas pistas a los investigadores para trazar la siguiente línea de investigación.
Desde el primer momento se ha descartado el trasplante de heces (no obstante, en algunas enfermedades este tratamiento es el más efectivo). Según dicen los científicos al mando del proyecto, es muy complicado que estas bacterias pueden crecer en un laboratorio; la razón es que son demasiado frágiles y el aire podría matarlas de un plumazo.
Según aseguran, si pudieran recoger una muestra de heces de una persona que estuviera sana probablemente habrían muerto la mayor cantidad de bacterias antes de que se hubieran inoculado en un paciente afectado por estas dolencias.
Además, en algunos centros ya lo han intentado y, efectivamente, eso es lo que ha terminado ocurriendo.

La otra línea de investigación que están siguiendo

Mientras se llega a una conclusión sobre si este nuevo descubrimiento es o no capaz de marcar la diferencia, de momento se está siguiendo la línea de buscar alimentos prebióticos que sean capaces de nutrir a aquellas bacterias más frágiles para evitar que se mueran.
A las personas voluntarias que se han sometido a los experimentos se les da productos como aceite de oliva, prolifenoles, frutos secos para ver qué efectos tienen estos alimentos en las bacterias.
En el momento en el que se consiga que algunos alimentos reacciones de forma positiva en la evolución de esas bacterias, se empezará a estudiar diferentes tratamientos para conseguir evitar los típicos brotes que se originan con la enfermedad. La idea no es conseguir nutrir al individuo, si no a las bacterias de la flora intestinal del mismo.
Para que te puedas hacer una idea de lo que son los prebióticos, no son más que aquellos ingredientes que tiene la comida que pueden nutrir de forma adecuada a las bacterias de los intestinos.
Si esta línea tiene éxito, habremos dado un paso adelante para poner en jaque a la enfermedad.