Como en muchos trastornos intestinales la enfermedad de Crohn puede iniciarse con desarreglos muy poco específicos. Un dolor abdominal, la fiebre o una diarrea son lo síntomas más comunes en la enfermedad. Solo la persistencia o la intensidad serán las que pongan en marcha la maquinaria sanitaria para paliar esta molesta disfunción.
Está claro que en muchos casos al no existir otros síntomas, sin diagnosticar la enfermedad, el tratamiento es inespecífico y simplemente procura atajar el efecto inmediato. Las particularidades de la enfermedad de Crohn requieren una prescripción mucho más atenta a las condiciones que impone la enfermedad y el estado del paciente.
Puede haberte ocurrido que antes de que te diagnósticaran, al verte con diarrea, tomaras un antidiarreico, pero ¿Que relación existe entre antidiarreicos y enfermedad de Crohn? ¿Son buenos para la enfermedad?
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Diarrea en la Enfermedad de Crohn y algunos posibles tratamientos
En casos más graves…
La diarrea líquida y con presencia sanguínea u otros fluidos anómalos intestinales suele ser motivo para la intervención de los servicios médicos de urgencia. Frecuentemente va precedida con un aumento del número de deposiciones al día que pueden llegar a seis. Es común la fiebre y en los brotes más graves pueden darse episodios de taquicardia.
En estos casos más graves la atención médica con medios clínicos hospitalarios es imprescindible. Al tiempo, con el diagnóstico se establece una pauta de tratamiento a más largo plazo con las condiciones particulares del paciente.
El empleo de antidiarreicos va asociado a todos los efectos secundarios que los acompañan. Es el criterio médico quien en cada caso debe valorar el balance total que indique el mejor camino para la salud general del paciente.
En casos leves…
Las diarreas leves deben ser tratadas con medicamentos que disminuyan la actividad nerviosa que alimenta la movilidad del sistema digestivo. El imodium, por ejemplo, tiene esta actividad colinérgica que va a enlentecer el tránsito intestinal. Así se consigue evitar una pérdida peligrosa de agua y elementos esenciales para el metabolismo.
El conocimiento de los efectos secundarios que estos tratamientos tienen en el paciente y ayudarlos con una dieta ajustada a esta situación es una gran ayuda. La incorporación de fibra o de algún otro anticolinérgico (para disminuir la motilidad intestinal) puede favorecer mucho el estado general el paciente.
En los episodios más graves se dan espasmos intestinales con un efecto especialmente desagradable e invalidante para el paciente. Así el antidiarreico ha de ser sustituido por formulaciones farmacéuticas derivadas del opio que apacigüen a nivel profundo el sistema nervioso autónomo en su actuación abdominal. Los cólicos y dolores intensos se ven favorecidos por este tipo de tratamientos hospitalarios de urgencia. La repetición periódica de estos episodios debe ser atendida por el médico especialista con todos los datos clínicos normalmente requeridos del paciente.
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Más relaciones entre antidiarreicos y enfermedad de Crohn
Los antidiarreicos posteriores a una resección del ileón, en los casos graves, son muy específicos y solo se usan para pacientes con Crohn. El médico es quien deber informar al cliente con el fin de pasar cuanto antes a un tratamiento más suave o ambulatorio del problema.
La alimentación adecuada con presencia abundante de vegetales y fibra complementa la acción farmacológica. Es el medio que más adelanta una normalización de la función intestinal para retirar cuanto antes los medicamentos que causan efectos secundarios más agresivos para el enfermo de Crohn.
La elección adecuada de los alimentos para evitar aquellos con efecto laxante es otra contribución importante para recuperar la salud. Los efectos secundarios de los medicamentos antidiarreicos dependen mucho de cada persona. Los mareos, vómitos y decaimiento general que pueden acompañar a su consumo exigen algunas veces medidas complementarias para disminuirlos.
Los brotes fuertes de la enfermedad de Crohn aconsejan el tratamiento hospitalario urgente para evitar cuadros clínicos muy graves. La obstrucción intestinal o el megacolon tóxico son posibilidades que comprometen seriamente la vida del enfermo. Por eso el acompañamiento continuo que requiere el tratamiento debe encauzar cada crisis con la máxima información y el tratamiento farmacológico más indicado.
Otro aspecto muy importante que debe tratar el médico en relación con los antidiarreicos es la interacción cruzada con otros medicamentos. El tratamiento sin control ni conocimiento médico de otras afecciones son en muchos casos una merma de eficacia o incluso un peligro combinadas con las prescritas por el médico.
Es fundamental un tratamiento integral de la enfermedad de Crohn que integre todas estas medidas terapéuticas o paliativas. La inflamación intestinal que puede producirse en todo el tracto intestinal requiere de medios que acompañen sus efectos más graves. En este caso que tanto afectan a la calidad de vida se hace imprescindible una actuación inteligente que acompañe cada síntoma. La indicada por los conocimientos y avances médicos que abren nuevas vías continuamente.
Sobrellevar estos inconvenientes es un objetivo perfectamente posible conociendo el arsenal terapéutico disponible. Los efectos de la diarrea han de ser tratados de forma amplia de tal forma que se centre la actuación en las causas primeras. Ha de evitarse a toda costa la acumulación de remedios para tratar efectos aisladamente.
La calidad de vida empieza por una actuación informada a lo largo del día con la elección óptima de los medios de apoyo que medicina ofrece.