La enfermedad de Crohn es un trastorno gastrointestinal, de evolución crónica y recurrente, que se caracterizan por presentar una inflamación en las paredes del tubo digestivo. Son trastornos de la zona pélvica. Al inflamarse la piel que recubre la pared del tracto alimentario pueden aparecer ampollas que, al romperse, desprenden la piel y se convierten en úlceras.

Hay estudios que señalan que muchos de estos pacientes presentan depresión o ansiedad tras el diagnóstico.

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Las repercusiones que tiene la enfermedad sobre la calidad de vida de los enfermos (p.e., incapacidad para trabajar, retraimiento social, cambios en la vida familiar, etc.) influyen en la valoración personal que hace el paciente de sí mismo y pueden provocar el desarrollo de trastornos ansioso-depresivos.

La aparición de estas alteraciones psicológicas, que son secundarias a la enfermedad, dificulta aún más la calidad de vida del paciente e influirá considerablemente, no sólo sobre su estado de ánimos, sino también sobre su estado de salud física.

Un empeoramiento de la enfermedad traerá, como consecuencia, un deterioro en el estado de ánimo, por lo que puede producirse un círculo vicioso entre la enfermedad física y la reacción emocional.

Por lo tanto, controlar la ansiedad es clave para controlar enfermedad de Crohn.

En cuanto al estrés, hay pocas dudas acerca de la influencia que tiene éste sobre la respuesta inmune de la mucosa intestinal. Juega un papel muy importante como desencadenante y/o agravante de la sintomatología de la enfermedad de Crohn.

Asimismo, hay que añadir que la propia enfermedad constituye un factor muy estresante, ya que interfiere en la calidad de vida de las personas enfermas, provocando a su vez la aparición de nuevos acontecimientos estresantes (p.e., dolores, hospitalizaciones, pruebas diagnósticas intrusivas, etc.).

La reacción de estrés que la persona tenga, no sólo dependerá de la valoración y de las consecuencias negativas que prevea, sino también de las estrategias de afrontamiento que utilice para hacer frente a las situaciones estresantes.

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¿En qué consiste el tratamiento psicológico en enfermos de Crohn?

Esta relación entre enfermedad y afrontamiento ha motivado a algunos investigadores a diseñar programas de tratamiento psicológicos que ayuden a los enfermos de Crohn a adaptarse mejor a la enfermedad, a minimizar las consecuencias adversas de su dolencia y a mejorar su calidad de vida.

El programa de tratamiento psicológico en enfermos de Crohn, que se está llevando a cabo desde hace unos años, está ayudando a muchos de estos pacientes a resolver eficazmente los problemas específicos que pueden presentarse como consecuencia de la enfermedad.

El tratamiento en enfermos de Crohn consta de los siguientes apartados:

  • información de la enfermedad,
  • modelo de afrontamiento,
  • técnicas de relajación,
  • estrategia de solución de problemas,
  • habilidades sociales,
  • técnicas de distracción
  • reestructuración cognitiva.

En definitiva, toda una serie de estrategias encaminadas a conseguir que las personas que se muestran tristes, angustiadas y desesperanzadas aprendan que ellas pueden hacer algo para estar mejor e incrementar su calidad de vida pese al padecimiento de la enfermedad.

El programa de tratamiento en enfermos de Crohn tiene dos formatos de aplicación:

a) tratamiento en grupo, que comprende un total de 10 sesiones presenciales, de dos horas de duración y una periodicidad semanal

b) tratamiento a distancia, que se realiza mediante la distribución de un manual de autoayuda cuyo contenido es paralelo al programa de tratamiento en grupo, pero con las adaptaciones adecuadas para su auto-aplicación. Junto con el material de autoayuda, se proporcionan dos CDs de relajación (elaborados para la ocasión) y los cuestionarios para evaluar los síntomas psicológicos.

El porcentaje de pacientes que padecían depresión antes de iniciar el tratamiento psicológico disminuyó considerablemente a los 12 meses de finalizar la intervención con los siguientes resultados.

Resultados similares se encontraron en relación a la ansiedad.

Dada la fácil aplicación del presente programa y sus óptimos resultados, la utilización de la intervención psicológica de forma protocolizada podría redundar en una notable mejoría en la calidad de vida de estos enfermos, lo cual se explicaría por el hecho de que enseña a los pacientes una serie de estrategias efectivas para afrontar las demandas de la enfermedad, posibilitando una mejor adaptación a la misma y una disminución de los posibles trastornos psicológicos.

 

Fuentes:

Miguel Ángel Díaz-Sibaja. Facultativo Especialista de Área en Psicología Clínica, Unidad de Salud Mental Comunitaria (USMC) de Algeciras.

María Isabel Comeche-Moreno. Profesora Titular del Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED.

Blanca Mas-Hesse. Profesora Titular del Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED.