La enfermedad de Crohn y algunas enfermedades como la Colitis Ulcerosa son unos trastornos que afectan de manera muy negativa al entorno gastrointestinal del organismo. Tienen una evolución crónica y poco a poco se van encargando de deteriorar las paredes del tubo digestivo. Estas dos enfermedades, aunque no son lo mismo, si que comparten algunos síntomas comunes que hace que en algunos momentos podamos llegar a confundirlas.
Sin embargo, si que existe un síntoma común que no es físico, si no psicológico: la depresión, la autoestima baja, etc. En resumen, a veces pueden fallarnos las fuerzas al afrontar la enfermedad.
Existen muchos estudios que aseguran que muchos pacientes que experimentan estas enfermedades presentan un cuadro de ansiedad que se empieza a presentar en el momento en el que se les ha confirmado el diagnóstico. Esto es normal ya que el impacto que los síntomas pueden llegar a tener sobre la enfermedad influirán de una forma negativa en la calidad de vida de todos los enfermos (por ejemplo, serán incapaces de trabajar en ciertos momentos , experimentarán algunos cambios en la vida familia, retraimiento social… así como toda una serie de cambios que no serán positivos para la actitud de ningún paciente).
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¿Qué relación existe entre la depresión y la enfermedad de Crohn?
El problema de la depresión, el estrés o la ansiedad es que afectan directamente al sistema defensivo del cuerpo. Digamos que lo debilita y lo deja a merced de cualquier infección siendo incapaz de defenderse con la misma intensidad que si el paciente no tuviera depresión.
Lo peor de todo es que ambos factores están relacionados de forma cíclica: en el momento en el que nuestros síntomas empeoran, también lo hace nuestro estado de ánimo. Sin embargo, al empeorar nuestro estado de ánimo debilitamos al sistema defensivo y esto, a su vez, hace que los síntomas empeoren. De esta forma creamos un círculo muy negativo que es posible que nos termine pasando factura.
Relación entre el estrés y la enfermedad de Crohn
Por otro lado también tenemos el devastador impacto del estrés que puede tener esta enfermedad. Antes que nada tenemos que considerar que este factor no depende únicamente de acontecimientos graves que puedan llegar a producirse en nuestro día a día; también puede incrementarse debido a pequeños problemas que podamos tener en cualquier momento. El simple hecho de que nos agobiemos en algunos momentos en nuestro trabajo ya pueden ayudar a incrementarlo.
También hay que considerar que la propia enfermedad, de por si, ya supone una situación muy estresante (Tenemos que enfrentarnos a los dolores que provoca , a las hospitalizaciones, a las pruebas diagnósticas intrusivas así como a toda una serie de procesos similares que pueden mermar la capacidad que tiene el paciente para poder hacer frente a este tipo de situaciones).
La reacción que una persona puede tener al estrés puede ser muy grave si no es capaz de controlarlo; puede darse cuenta de que la enfermedad le empezará a vencer si no hace algo para poder corregir su estado de ánimo.
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Terapia para poder combatir el estrés/ansiedad/depresión que harán psicológicamente la enfermedad de Crohn más llevadera
Ahora ya sabes la gran importancia que tienen estos problemas a la hora de impactar contra la enfermedad. Por esta razón no son pocas las clínicas que han añadido un sistema de terapia para ayudar al paciente y poder entender la enfermedad. La idea es que mientras están siguiendo algunos procesos que están ayudando a combatir los síntomas de la enfermedad de Crohn, a nivel mental también se estén preparando de forma progresiva para la nueva situación.
Por lo general este tipo de terapia consta de varias fases: en un primer momento se le dará la máxima información posible al paciente para que pueda llegar a conocer todo sobre este enfermedad.
Aprenderá el modelo de afrontamiento que se va a seguir, algunas técnicas de relajación que le va a venir estupendamente para poder enfrentarse a los síntomas, habilidades sociales, algunas técnicas de distracción para que no estén pensando todo el día en su enfermedad así como otras técnicas de reestructuración cognitiva.
En realidad no es más que un grupo de estrategias que tienen un impacto directo sobre aquellas personas que se encuentren angustiadas, tristes y que hayan perdido la esperanza.
El profesional que se encarga de impartir este tipo de terapia podrá identificar el estado mental de cualquier paciente y recomendar o desaconsejar algún tipo de mecanismo.
Gracias a este tipo de terapias hemos podido ver que la calidad de vida del paciente se ha incrementado.