La enfermedad de Crohn estuvo considerada hasta hace relativamente poco tiempo una enfermedad rara. Hoy por los datos estadísticos acumulados en los servicios de salud se considera normal que un médico de familia tenga que atender varios casos en su consulta ordinaria.

Es una disfunción de etiología compleja pero las cifras demuestran que está más presente en los países desarrollados. Efectivamente, se contabilizan un mayor número de enfermos aún descontado los casos difíciles de diagnóstico diferencial con otras dolencias. No es, pues, debido a una mejor precisión médica por contar con más calidad en medios humanos y técnicos.

En Europa se produce un incremento de pacientes diagnosticados de sur a norte. En especial se hace notar este hecho en el caso de debutar en la juventud, en el tramo de edad comprendido entre los 15 y los 30 años. Pero aún en los países del sur con una incidencia menor se aprecia un incremento constante conforme se incrementa el nivel de vida y se acercan a las condiciones socioeconómicas de los países que cuentan con una mayor prevalencia de esta enfermedad.

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Datos que avalan la relación entre seguir un estilo de vida y enfermedad de Crohn

Estos datos ofrecidos por la estadística médica ya sugieren la importancia que puede tener el estilo de vida en las manifestaciones y evolución de la enfermedad de Crohn. Es un tema de una gran complejidad y se han publicado estudios sujetos aún a discusión en el ámbito científico. Pero podemos señalar cuatro aspectos que interfieren claramente con la enfermedad de Crohn. Estos son la alimentación, el estrés, el tabaquismo y los factores ambientales vinculados con la contaminación industrial.

En la enfermedad de Crohn existe una clara influencia genética en la manifestación de sus síntomas. La probabilidad de que se produzca un nuevo caso en un individuo se duplica cuando uno de sus progenitores la ha sufrido previamente. La implicación del sistema inmunitario en los brotes puede estar condicionado por una mayor o menor sensibilidad a desencadenantes externos. Y estos son los que irremediablemente aparecen en cada estilo de vida.

La alimentación determina en gran medida la distribución microbiota intestinal. Es decir, la flora intestinal compuesta con las bacterias beneficiosas y perjudiciales para la vida humana varían con la alimentación. Está perfectamente descrita la importancia de algunos tipos de bacterias en los brotes agudos de la enfermedad. Los equilibrios inestables entre virus, bacterias y células eucariotas se pueden romper por una alimentación insuficiente o desequilibrada.

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Algunos consejos a tener en cuenta por los pacientes de la EC

Como consejos en este importante punto se puede recomendar evitar ingestas muy voluminosas de comida. Es preferible aumentar su número a lo largo de las horas del día. También reducir el consumo de grasas, frituras y salsas. Un aporte suficiente de alimentos con fibra y una reducción de alimentos lácteos si estos acumulan una proporción excesiva en la dieta. Sobre todo una dieta ordenada, variada y equilibrada para las necesidades alimentarias del individuo.

El estrés es otro factor que se ha señalado como importante en la aparición de algunos brotes. Desde hace tiempo se conoce la importancia que tiene sobre el sistema inmunitario las agresiones que sufre el sistema nervioso por un estilo de vida agotador y llevado al límite.
La clave está en la relación estrecha entre la gestión de las emociones y los sistemas de defensa biológica del organismo. Cuando el primero consume un exceso de recursos seguro que se sustraerán del segundo. Una vida que conjugue actividad física con alimentación equilibrada es fundamental. Un mayor equilibrio psicosomático redundará en reforzar la capacidad del cuerpo para encontrar remedios que mitiguen cualquier desajuste, como lo es la enfermedad de Crohn.

El tabaquismo tiene en la enfermedad de Crohn un comportamiento especialmente agresivo en la enfermedad de Crohn. Se han aportado datos que indican que tiene un efecto doble. Por un lado favorece la aparición de brotes de la enfermedad y por otro empeora la capacidad correctora del tratamiento médico.
En este punto existe una diferencia muy importante con la colitis ulcerosa con la que tantas veces se confunde la enfermedad de Crohn. La actuación del tabaco es mucho más perjudicial y multiplica los efectos negativos de todos sus síntomas. Evitar el tabaco es por tanto otra medida imprescindible para atajar o paliar los efectos de la enfermedad.

Por último la contaminación medioambiental, se sabe que puede propiciar pequeñas mutaciones en los organismos que forman la flora intestinal. Un cambio que en algunos casos no tendría ninguna relevancia puede manifestar la presencia de una alteración genética en el sistema inmune que lo active contra el propio organismo. Es sin duda el efecto con más largo recorrido y de mayor complejidad de análisis. Pero que siempre ha de tenerse en cuenta, es de esperar que una mejora en el entorno inmediato de un paciente beneficia mucho su calidad vida.

Las enfermedades siempre revelan los desequilibrios acumulados por ir contra la dirección que marca el orden natural de las cosas. Recomponer el estado primordial de las bases biológicas del organismo es el punto de partida desde donde es más fácil recuperar la salud.