Dependiendo de las características propias de cada persona, el especialista recomendará uno u otro tratamiento acorde a lo que nos hace falta. Por mucho que la enfermedad sea la misma y que parezca que los síntomas sean iguales en dos personas; el profesional determinará, en base al historial clínico de cada una de ellas, el mejor tratamiento a seguir para evitar problemas de cara al futuro.
Cómo ya sabemos, esta enfermedad se caracteriza por tener fases en donde los síntomas se manifiestan de una forma más activa (lo que se conoce como fase de activación o brotes) y otras en donde los síntomas empiezan a remitir y donde se considera el momento en el que el paciente puede hacer vida normal.
Ahora bien… ¿Qué puede pasar al dejar tratamiento de Enfermedad de Crohn? A continuación vamos a contestar a esta pregunta.
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Consideraciones de dejar tratamiento de Enfermedad de Crohn en periodo de remisión
Antes que nada tienes que saber que dejar el tratamiento a medias es un completo error. La razón de esto es que lo único que conseguiremos es que los síntomas puedan llegar a aparecer y en una magnitud que no nos podemos ni imaginar.
En realidad esto es un error mucho más frecuente de lo que debería: parece que la persona afectada solo se toma la medicación con el objetivo de mantener a raya los síntomas… pero también debe de recordar que otro de los objetivos de la misma es evitar que aparezcan.
En el periodo en el que la enfermedad está activa, esta persona no pensará ni por un momento en saltarse el tratamiento porque los síntomas se podrían llegar a agravar. Sin embargo, en el momento en el que el Crohn entra en fase de remisión es posible que lleguemos a la conclusión de que ya no nos hacen faltar ese tratamiento y que pensemos hasta en dejarlo.
Dejar tratamiento de Enfermedad de Crohn tiene dos graves efectos.
- Lo primero que tienes que considerar es que si estás en fase de remisión es, probablemente, por los fármacos que te estás tomando. Es decir que estos han actuado de una forma tan positiva en nuestro organismo que han conseguido alejar la enfermedad durante un tiempo. Puede darse el caso de que pensemos que estamos en fase de remisión cuando solamente se ha producido una leve mejoría en los síntomas. Si dejamos el tratamiento no tardaremos en entrar nuevamente a la fase activa y nos maldeciremos por no haber seguido el tratamiento que se nos había recomendado.
- Por otra parte, aun a sabiendas de que, efectivamente, si que nos encontremos en fase de remisión, tienes que recordar que tarde o temprano volverá a producirse la fase activa. Entonces tú eliges como quieres llegar hasta a ella: habiéndote tomado los medicamentos adecuados para poder combatir los síntomas desde el primer momento, o con el organismo debilitado por haber dejado a un lado el tratamiento durante el periodo de remisión.
Con esto te queremos decir que en ningún caso deberías de dejar el tratamiento que el médico te haya recetado. Lo único que conseguirá es que los síntomas de la enfermedad emerjan en cualquier momento y que lo hagan con una intensidad demasiado agresiva.
Existen algunos casos en donde el tratamiento que estamos siguiendo, aunque en un principio nos venía perfectamente, se ha vuelvo incompatible con nuestro cuerpo. El mayor error que podemos cometer es dejarlo tal cual ya que nosotros no somos especialistas para poder determinar el impacto que esto puede llegar a tener en nuestro cuerpo.
Si esto es lo que te está pasando ya sabes lo que tienes que hacer: acude al especialista cuanto antes para que este te pueda llegar a ofrecer un tratamiento nuevo acorde a cómo te sientes en ese momento. Piensa que el tratamiento lo tienes que seguir si o si, solo que si que es verdad que si el que estás tomando no se ajusta a lo que necesitas, necesitarás variarlo por otro que realmente te ayude a enfrentarte con los síntomas de la enfermedad de Crohn.
No es raro que en aquellos pacientes en los que haya sido diagnosticada la enfermedad de Crohn puedan experimentar cuadros de depresión que puedan llegar a considerarse algo agresivos. El principal problema de esto es que, en un momento dado, el paciente puede llegar a pensar que realmente no necesita la medicación y hasta la puede llegar a dejar sin ningún aviso. En este caso estamos hablando de un problema psicológico; si nosotros, como pareja, amigo o familiar de la persona afectada, nos damos cuenta de estos problemas, lo que tenemos que hacer es intentar hacerle ver cuál es la situación y, en el caso de que no sea posible, ponernos en contacto con el psicólogo.