Desgraciadamente en los últimos años se han visto aumentados de forma significativa los casos de la Enfermedad de Crohn (EC). Las cifras sitúan la incidencia entre 9-12 casos por cada 100.000 personas de forma anual; suele afectar más a las mujeres aunque en los hombres también ha experimentado un gran aumento.
Normalmente se suele presentar a partir de los 30 años aunque en las mujeres lo hace un poco antes. También es habitual que se presente a partir de los 60 años.
Aunque todavía no existe una cura para ella, si que existen algunas pautas o cambios de hábitos que pueden combatir los síntomas y, por ende, mejorar la calidad de vida del paciente.
A continuación te comentamos algunos que deberías de empezar a aplicar desde ya mismo para mejorar la calidad de vida de un enfermo de Crohn .
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Cambio de hábitos para mejorar la calidad de vida de un enfermo de Crohn
Tabaco
El tabaco no solo es capaz de generar enfermedades mortales, si no que también es capaz de agravar aquellas que ya tenemos. Los estudios no mienten: los científicos han concluido que el tabaco es el factor de riesgo más influyente en el avance de esta enfermedad.
Pero no solo eso, parece ser que existe una relación entre aquellas personas que fuman o que han fumado de forma constante a lo largo de sus vidas y el riesgo de padecer la enfermedad. Según parece ser, la probabilidad de padecerla siendo fumador se llega a duplicar o hasta a multiplicar por cinco en cada caso.
Si sigues fumando en el momento en el que te han diagnosticado la enfermedad, tienes que saber que lo único que vas a hacer es elevar el impacto de los síntomas.
Se producirá un incremento del número de brotes y de su intensidad, aumentarán también las fístulas y tendrás que ir en más ocasiones al hospital para que te hagan intervenciones quirúrgicas habituales.
Y no solo eso, si no que también tendrás que someterte a un tratamiento mucho más intensivo a la par que constante.
Un fumador que quiera dejar el hábito, a partir del cuarto año desde el abandono, el riesgo de padecer la enfermedad se reducirá hasta casi la mitad. También se reduce la posibilidad de que la enfermedad pueda llegar a aparecer tras haberse sometido a un proceso de cirugía.
¡Ya tienes otro motivo para empezar el largo camino de dejar de fumar!
Infecciones
También tenemos que considerar que el EC produce un mayor número de infecciones en nuestro cuerpo que si no tuviéramos la enfermedad. Normalmente estas son producidas por la acción agresiva del género bacteriano mycobacterium aviumparatuberculosis; lo peor de todo es que esta bacteria se encuentra en el ambiente y la podemos contraer de forma muy sencilla.
Es capaz de producir diarrea, fiebre, dolor abdominal e, incluso, otros síntomas mucho más intensos.
Por esta razón se recomendará seguir unos hábitos de higiene adecuados: lavarse las manos antes de comer con un producto descontaminante, no pasarse las manos por la cara, evitar las aglomeraciones…
Es complicado poder protegernos ante algo que no podemos ver, pero si seguimos unos hábitos adecuados nos daremos cuenta cómo la probabilidad de sufrir una infección de este tiempo se reduce en un porcentaje importante.
Fármacos
Aunque los fármacos se encargarán de aliviar los síntoma pero también existen otros medicamentos que pueden agravarlos. Normalmente son los anticonceptivos o aquellos que nos suministran una elevada cantidad de estrógenos.
El problema es que ayudará a que la enfermedad pueda empeorar e, incluso, a que algunos pacientes experimenten un nuevo brote.
En el caso en el que se detecte cualquier tipo de síntoma extraño a la hora de tomar nuestros medicamentos habituales, deberíamos de ponernos en contacto con el médico cuando antes para que este se encargue de valorar la situación. Normalmente nos recomendará un nuevo fármaco que, aunque consiga el mismo objetivo que el que ya tomábamos, no tendrá el mismo principio activo que puede ser intolerante para el EC.
Dieta
Algunas dietas son nocivas para la salud contribuyendo también a empeorar los síntomas. En el momento en el que nos diagnostiquen EC, el médico te recomendará acudir a un nutricionista con el objetivo de que te pueda confeccionar una que sea adecuada para ti.
Sin embargo, es importante que recuerdes que tanto los azúcares como los hidratos de carbono en exceso pueden contribuir a incrementar los síntomas de la enfermedad. Por esta razón deberíamos reducir estos elementos en la dieta y potenciarla con fibra y verdura.
Es cierto que no se ha probado que una dieta de estas características ayude a mejorar la enfermedad… pero como tiene tantos beneficios para la salud, todo apunta a que si.
Así que ya sabes, si sigues estas indicaciones y cambias tus hábitos, los síntomas de la EC mejorarán de inmediato.